La bióloga Marisa Berástegui contó hoy que junto a otros interesados recolectan firmas para pedirle al intendente que se preserve el hábitat de los loros barranqueros que anidan en la barranca de avenida Cabrera, zona del ex mirador del barrio Palihue.
"No queremos que BahÃa se quede sin loros. Silos empezamos a correr de todos los lugares donde anidan, nos vamos aquedar sin estos animalitos tan alegres. Ya pasó en los acantilados del balneario Las Grutas, donde les taparon los nidos y los loros se fueron. Una pena", se quejó Berástegui.
"El tema no es con los loros "dijo el titular de la Agencia Desarrollo Urbano de la comuna, Macerlo Lenzi", sino con la erosión de la barranca. Desde 2011 se viene monitoreando el sector;hay riesgos de desmoronamientos." Agregó que van a trabajar en el acantilado para evitar los derrumbes, tratando de no afectar a las aves.
Pidieron que se los preserve porque en el mundo son la colonia más grande en una zona urbana y que las decisiones medioambientales se tomen por consenso "No soy bahiense, pero si algo me fascinó de la ciudad es ver estos hermosos loros; la naturaleza metida en el medio de la ciudad", agregó.
los compañeros galegos emprenden un nuevo evento en el que deseamos y aguramos mucho exito...
08/07/2013
Gondomar el dia 27 julio 2013 a las 10,00 horas tendra lugar la I Xornada Ornitoloxica. Entre los ponentes cuenta con viejos conocidos del mundo de la avicultura como, Ricardo Sobrino o Fco Javier RodrÃguez Penedo.
Andrew Gray, de 29 años, es un estudiante universitario de doctorado que adora a su mascota Pepper, un bullicioso loro gris africano. Hasta aquÃ, todo de lo más normal.
La diferencia viene cuando se explica el problema que los excesivos decibelios producidos por el loro le provocaban a Andrew (o más bien a sus vecinos) cada vez que abandonaba su casa y dejaba solo a su mascota.
Con Pepper al timón (o más bien al joystick) el buggy llama la atención allá por donde pasa. Y es que no le falta detalle, por ejemplo cuenta con detector de impactos para frenar si se encuentra una pared (o tu pierna por el pasillo), y un sistema de posicionamiento autónomo que lo lleva a su lugar de aparcamiento una vez que el loro deja de manejarlo.
Si te pasas por Florida, tal vez puedas ver la creación de Andrew (y otros 12 robots creados por otros estudiantes) expuestos en la Universidad. Espero que le hayan aprobado.